Se conmemoró el Día Internacional de las Cooperativas el 1ª de Julio


Cooperativas: aliadas en la aceleración del desarrollo sostenible
El próximo 1 de julio el movimiento cooperativo celebrará el Día Internacional de las Cooperativas de 2023. Unidas bajo el eslogan Cooperativas por el desarrollo sostenible, las cooperativas demostrarán que su forma de trabajar, inspirada en los valores y principios cooperativos, lleva en su ADN el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
En septiembre de 2023, la comunidad internacional alcanzará el ecuador de la aplicación de la Agenda 2023 para el Desarrollo Sostenible. Es, por tanto, un momento crucial para demostrar la contribución de este modelo empresarial en el cumplimiento de estos objetivos globales.
Y es que movimiento cooperativo, una de las redes empresariales más antiguas y grandes del mundo, fue el primer grupo de empresas a nivel mundial en ser reconocido por los ODS y el abanderado en apoyar estos objetivos por un mundo mejor.
Conoce la historia del cooperativismo
En 1844, los Pioneros de Rochdale fundaron el movimiento cooperativo moderno en Lancashire (Inglaterra) para brindar una alternativa asequible a las provisiones y alimentos de mala calidad y adulterados, y utilizaban los excedentes en beneficio de la comunidad. Desde entonces, el movimiento cooperativo ha prosperado y se ha extendido por todo el planeta, y hoy en día abarca todos los sectores de la economía.
La creación de la Alianza Cooperativa
Internacional
La Alianza Cooperativa Internacional (ACI) se fundó en Londres (Inglaterra) el 19 de agosto de 1895 durante el primer Congreso Cooperativo. En este congreso participaron delegados de cooperativas de Alemania, Argentina, Australia, Bélgica, Dinamarca, Estados Unidos, Francia, Holanda, India, Inglaterra, Italia, Serbia y Suiza.
Los representantes establecieron los objetivos de la Alianza Cooperativa Internacional: facilitar información, definir y defender los principios cooperativos y desarrollar el comercio internacional. La ACI fue una de las pocas organizaciones internacionales que sobrevivieron a las dos Guerras Mundiales.
Superar todas las diferencias políticas existentes entre sus miembros fue difícil, pero la ACI pervivió manteniendo su compromiso con la paz y con la democracia y con una posición políticamente neutra.
Los Pioneros de Rochdale
Los primeros registros existentes de una cooperativa provienen de Fenwick (Escocia). El 14 de marzo de 1761, en una casa de campo apenas amueblada, varios tejedores de la zona ocultaron un saco de avena que trasladaron a una habitación delantera recién encalada de la casa de John Walker y empezaron a vender su contenido a un precio reducido. Este fue el inicio de la Fenwick Weavers’ Society (Sociedad de Tejedores de Fenwick). En 1844, un grupo de 28 artesanos que trabajaban en las fábricas de algodón de la localidad de Rochdale, en el norte de Inglaterra, establecieron la primera empresa cooperativa moderna, la Sociedad Equitativa de los Pioneros de Rochdale, también conocida como los Pioneros de Rochdale. Se considera que los Pioneros de Rochdale fueron los precursores de las sociedades cooperativas modernas y los fundadores del movimiento cooperativo.
Los tejedores de las fábricas de algodón tenían unas condiciones de trabajo miserables y unos salarios bajos, por lo que no podían pagar los elevados precios de los alimentos y artículos domésticos. Por ello, decidieron reunir sus escasos recursos y trabajar juntos, para poder acceder a los bienes de consumo básicos a un precio más bajo. Al principio, solo había cuatro productos a la venta: harina, avena, azúcar y mantequilla.
Los Pioneros decidieron que era hora de que se tratara a los consumidores de manera honesta, con transparencia y con respeto, que estos debían poder participar de los beneficios según su contribución y debían disponer del derecho democrático de tomar parte en las decisiones del negocio. Cada cliente de la tienda se convirtió en miembro de la cooperativa, con lo que cada uno de ellos tenía un interés real en el negocio. Al principio, la cooperativa abría solo dos tardes a la semana pero, al cabo de tres meses, el negocio había crecido tanto que funcionaba cinco días a la semana.
En 1862, en Alemania, Friedrich Wilhelm Raiffeisen y Franz Hermann Schultz-Delitsch desarrollaron otro modelo cooperativo y crearon las primeras cooperativas de crédito. Desde entonces el modelo ha crecido, se ha expandido a otros sectores, y ha inspirado el desarrollo de las cooperativas financieras en todo el mundo.
Antecedentes
El movimiento cooperativo
Las cooperativas son reconocidas como asociaciones y empresas a través de las cuales los ciudadanos pueden mejorar sus vidas de manera efectiva mientras contribuyen al avance económico, social, cultural y político de su comunidad y país. El movimiento cooperativo también ha sido reconocido como un actor principal en los asuntos nacionales e internacionales.
El modelo de afiliación abierta de las cooperativas permite el acceso a la creación de riqueza y la eliminación de la pobreza. Esto resulta del principio cooperativo de la participación económica de los miembros: «Los miembros contribuyen equitativamente y controlan democráticamente el capital de su cooperativa». Debido a que las cooperativas están centradas en las personas, no en el capital, no perpetúan ni aceleran la concentración de capital y distribuyen la riqueza de una manera más justa.
Las cooperativas también fomentan la igualdad externa. Como están basadas en la comunidad, están comprometidas con el desarrollo sostenible de sus comunidades, ambiental, social y económicamente. Este compromiso se puede ver en su apoyo a las actividades comunitarias, el suministro local de suministros para beneficiar a la economía local y en la toma de decisiones que considera el impacto en sus comunidades.
A pesar de su enfoque en la comunidad local, las cooperativas también aspiran a llevar los beneficios de su modelo económico y social a todas las personas en el mundo. La globalización debe regirse por un conjunto de valores como los del movimiento cooperativo; de lo contrario, la desigualdad y los excesos crearían sociedades insostenibles.
El movimiento cooperativista es muy democrático, localmente autónomo pero integrado internacionalmente y una forma de organización de asociaciones y empresas por la cual los ciudadanos cuentan con la autoayuda y su propia responsabilidad para alcanzar objetivos no solo económicos sino también sociales y ambientales, como la superación de la pobreza, la obtención de empleo productivo y el fomento de la integración social.