SE CAE A PEDAZOS
Así está la vieja Estación del Ferrocarril. Sí, tal cual, pasan los años, pasan los siglos, y aquél símbolo de progreso, comunicación, acercamiento, diversión, sigue allí, firme, en el lugar que le asignaron, pero desgajándose, como si el fuerte viento del sur volara sus páginas, las hojas de su techo añoso. La Estación del Ferrocarril sigue allí, ante la desaprensión de las nuevas generaciones que la conocieron y la dejan morir, año tras año, lentamente, como si no quisiera morir, en un intento por trasplantar viejas historias de viejas generaciones.
En algún momento del trajinar en estas páginas, propusimos su utilización, reverdecer su estructura, integrarla activamente a la vida actual de la ciudad. Su actualización edilicia, la recomposición de sus comodidades, insumirá una inversión acorde con la importancia de sus falencias en las que permitimos que cayera. Ahora, corresponde un esfuerzo conjunto de gobierno departamental e instituciones, para darle vida y utilidad, que bien la merece. Y estamos seguros que – bien atendida – será capaz de devolver en servicios a la ciudadanía, todo el esfuerzo y la inversión que en ella se aplique.
Si bien propusimos su utilización por parte del movimiento “Todos por Pando” que requiere – evidentemente – una Sede de reunión, de recepción de ideas, de ordenamiento institucional que ya mostró con el excelente trabajo de edición en el que condensó historia y presente de la ciudad, del mismo modo puede ser propuesto para tareas compartidas con el supremo interés común de la población. Pero el “movimiento se demuestra andando”, que solo la conjunción de esfuerzos logrará. Parecería que la decisión queda a cargo de la municipalidad como brazo ejecutor del gobierno departamental, sumado a la decisión de las autoridades – recientemente renovadas – de AFE como depositaria del inmueble. Mientras no exista un acuerdo conjunto, las viejas piedras del edificio no se moverán ni darán fruto. Sería lamentable que la trajinada burocracia- cuyos resultados negativos conocemos – pudiera más que la renovada iniciativa ciudadana, que merece apoyo ahora, hoy, sin pérdida de tiempo, porque – mientras tanto los papeles duerman en los cajones – el desgaste y la erosión del tiempo seguirán su tarea destructora.
Otros lugares ciudadanos, históricos, esperan igual tratamiento y dedicación, pero mientras no se obtengan resultados positivos de éstos
propuestos, nos negamos a promover nuevos temas que caigan en el vacío, a la muerte, como equilibrista circense sin red de protección. La misma red que las autoridades deben extender para mantener viva la iniciativa de la ciudadanía bajo su jurisdicción. Esperamos observar movimientos positivos tendientes a resolver favorablemente el de la Estación Ferroviaria que se cae a pedazos.-
