UN SLOGAN DESAFORTUNADO PARA EL TURISMO DE LA COBRA QUE COBRA
Uruguay apuesta al turismo desde siempre porque tiene oferta de sitios con interés particular, recursos humanos y especialmente una ubicación excepcional, que le permite captar gran parte del flujo que tiene como destino Argentina y algo del sur de Brasil.
Cuando escuchamos los relatos de los primeros pobladores españoles o portugueses de nuestro país nos encontramos con el denominador común, que muchos se quedaron en nuestro territorio sin saber demasiado donde bajaban, venían de travesías extenuantes o confundían el puerto, luego ya le era más difícil volver a empacar (no dejaban las valijas sin abrir en el living como muchos uruguayos según el tango “los hijos de Gardel”).
De igual forma hay un turismo residual que aprovecha Buenos Aires para visitar Colonia y/o Montevideo o Punta del Este agregando tres días más a su periplo por el sur de la América Latina, y lo más frecuente es que vuelvan luego a visitar a nuestro país específicamente, algo que se da también con la llegada de los cruceros, es como el aperitivo, te predispone si hacemos las cosas bien, para el almuerzo.
La otra veta de comienzo o gancho turístico son los congresos, aquellas personas que vienen por una semana a una tarea que no les permite conocer bien el territorio luego vuelven con su familia, para tener vivencias más cercanas sobre todo con un país diferente en cuanto a su cultura, su gente y su penillanura ondulada.
Los uruguayos que andan por el mundo ganándose su vida también son la mejor propaganda para visitar este pequeño pero acogedor paísito, porque cualquiera de nosotros hablamos de él como un paraíso y más estando lejos, la saudade uruguaya es diferente, extrañamos la rambla, el carnaval, el fútbol aunque no sea bueno, los parques, la playa y hasta los vecinos, ya que la familia se supone que es lo más.
Ha habido y habrán miles de embajadores que van por el mundo irradiando uruguayes sin cobrar los sueldos y viáticos que tienen las autoridades oficiales, y si bien gastan en forma coyuntural algunas divisas que deberían quedar en el país, seguramente será menos oneroso que mantener alguna embajada con sus embajadores durante todo el año.
Es más eficiente mandar delegaciones de artistas y representantes de las cualidades o atractivos del país, que tener a estos señorones o señoronas currando todo el año bajo el paraguas de las relaciones diplomáticas que ya fueron, ahora debería ser diferente y no presénciales.
Es seguro que la parrilla que puso en Japón el INAC nos traerá mayor demanda de carne por el país asiático y nos llegarán miles de nipones al país en forma aérea o por barco, porque cuando el sabor y el aroma penetra por nuestros órganos receptivos, es muy probable que queramos repetirlo.
Existen muchas formas de hacer que nuestro país sea cada vez más elegido por personas que se vean atraídas por nuestras costas, campos y ciudades, por ejemplo haciendo eventos como las finales del fútbol masculino y femenino, donde tuvimos una invasión de brasileros, aunque lo más deseable sería como llenar una cantimplora, mejor con un caudal acotado y no de golpe.
Lo mejor sería un turismo de todo el año combinando termas, playa, campo, deportes, música, teatro y ahora incluso como receptivo de la industria audiovisual, que también deja recursos importantes, además de la impronta humana que auspicia un futuro propio en esta rama del espectáculo.
Todavía quedan muchos nichos para ofrecer alternativas al turismo no convencional, como son los congresos, o inclusive sería excelente ofrecer a contra estación oportunidades de formación universitaria con pasantías cortas para aquellos que desean aprovechar sus vacaciones en tareas de aprendizaje, especialmente de idiomas y/o culturales.
Lo lamentable ha sido el comportamiento de las autoridades de turno en los últimos periodos, desde la etapa de gobierno frenteamplista por falta de experticia para el cargo, subsanado en parte por el subsecretario, y en este gobierno de coalición con un Ministro que se ve ha confiado demasiado en sus asesores, porque los resultados están a la vista, sobre todo de la justicia.
Cuando un Ministerio de Turismo tiene que pensar solamente en mantenerse a la espera porque sus fronteras externas están cerradas e incluso por un tiempo la movilidad interna parecería poco probable, se dieron errores tan gruesos como los que han sucedido, dando la impresión de que si en un año hicieron lo que hicieron, en cinco hubiera sido calamitoso.
El ex ministro ha querido emular a quienes hacen de la amistad casi una hermandad, Vásquez, Salgado, Toma, Spert, Casal, discípulos del desaparecido Magurno, con la salvedad que estos personajes siempre han tenido una cobertura particular, que les protege de sus decisiones, sean buenas o de las otras.
Cardozo ha recurrido a amistades peligrosas hoy procesado, o asesores inescrupulosos que no le han protegido bien o han hecho en forma prolija sus cometidos, y lo más importante no han dejado bien parado al país, como un lugar serio para hacer negocios y no negociados.
Los actuales responsables han tenido otra actitud a nivel del Ministro, pero no tan claro para el subsecretario que está desde el comienzo, teniendo una actitud bastante displicente e incluso demasiado optimista para la realidad existente, sin embargo su última adquisición artística ha dejado mucho que desear, una canción de baja estopa e inclusive a contra pelo con el mensaje que se pretendía dar.
Era digno de observar a los gauchos modernos ,a las autoridades nacionales ,de la Intendencia canaria e inclusive el público presente haciendo palmas y aplaudiendo una canción que de turismo tendría la cobra si estuviéramos en una plaza de Turquía y además que cobra, no me explico cómo tiene ocho autores un mamarracho tan evidente y menos para promocionar algo autóctono.
Las aparcerías luego de aplaudir se retrataron en una actitud que les desmarca del horrible tema interpretado por una joven Taboada que lo hizo lo mejor que pudo, tratando de remar una canción dedicada se ve a Remo (hubiera sido más digna la canción de Drexler que sacó un Oscar).
Como vemos sigue habiendo demasiada improvisación para un tema donde la planificación es clave y aunque las variables no son fáciles de predecir su comportamiento (hoy Argentina sale que no dará financiación para el exterior, podría cerrar unas cuantas embajadas para ahorrar, además), sin embargo dentro de lo posible deberíamos bajar la incertidumbre mostrando lo mejor de nuestro país.
Espero que aunque sea sin la voluntad de las autoridades incompetentes, el turismo vuelva a dejar las divisas que logró antes de la pandemia, para mejorar la actividad económica del país y sobre todo ir de a poco incorporando nuevos actores externos, para que en el futuro logremos una mayor llegada de cruceros, aviones o autos, porque al final todo suma.
Si hay algo que nos caracteriza es la producción nacional en todas sus formas, elegir una canción tan alejada de nuestra realidad no contribuye al ser nacional y menos al mensaje hacia quienes quieran hacer turismo, desde afuera o entre los propios uruguayos, que también tiene un gran valor, incluso al salir de la pandemia.
El turismo es un tema para profesionalizarlo con personas que sean expertos y menos políticos, que generalmente adolecen de méritos para la función, cuando menos tendrían que haber una sinergia mayor de lo público y privado para obtener las ganancias sí, pero también repartir los costos, es muy fácil pedir incentivos para el visitantes mientras miles de uruguayos se les hace dificultoso subsistir en su propio país, parecido a las inversiones extranjeras respecto a las nacionales.
Vamos por una excelente temporada que ocupe la mayor parte del año, el cambio climático aunque suene mal, nos favorece para esta industria sin chimenea, lo que incluso lo hace amigable con el medio ambiente, porque no emite gases de efecto invernadero
