La Historia de La Floresta


Por Javier Montes. En el anterior capítulo, terminamos repasando la fecha de fundación de La Floresta S.A, el 21 de junio, relacionando nuestro nacimiento con aspectos de la naturaleza, como el solsticio de invierno y los significados bíblicos de los cuales el catolicismo genera sus comparaciones.
UNA LUCHA TITÁNICA
El coloso de arena, con mil brazos y tentáculos, vio acercarse a aquel hombre que venía a dominarlo y se mostró dispuesto a hacerle pagar muy cara su temeridad. Los primeros millares de pinos y eucaliptos fueron depositados con solo algunos movimientos del desierto. Se insistió una, dos y más veces, hasta que un día, como lo decía bellamente el Dr. Perea en el discurso de inauguración de la Escuela de la Virgen de las Flores, se comenzó a oír un pequeño ruido sordo bajo las arenas. Eran millones de pequeñas raíces que se extendían y cruzaban entre sí sujetando los árboles a los movedizos médanos.
El coloso estaba vencido y el hombre que lo desafiara un día era su dominador.
ENORME RIQUEZA BROTABA DE LOS ARENALES
De 1911 a 1916, en cinco años, la amplia franja de tierra pobre y de áridos arenales que marginan el Solís Chico y el Sarandí se fue transformando por completo y los viajeros que llegaban a la vieja Estación Mosquitos del F. U. del E., contemplaban admirados hacia el mar y hacia el norte para deleitar sus ojos en un verdadero océano de verdor. Y como signo de fe y de progreso, se erguían sobre aquel mar de árboles una graciosa Capilla, varias casas y galpones y una pequeña Estación de Ferrocarril de trocha angosta cuyos rieles se iban alargando hasta la misma costa.
Mientras tanto, más de un millón de pinos marítimos, eucaliptos y otras plantas maderables iban creciendo y cubriendo todos los arenales, valorizando el viejo y estéril desierto en proporción de más del ciento por uno.
Estos dos últimos títulos, fueron escritos por el Padre Gerónimo Silva en el año 1942, redactor de la Revista Mariana de la Virgen de las Flores, transcritos por Javier Montes especialmente para el Diario Tiempo, quien los saluda desde Tierra Santa, La Floresta, y los convoco a seguir coleccionando los capítulos venideros de la historia del primer y único balneario fundado por católicos en el Uruguay.
