noviembre 8, 2025
Master Escribe Cardozo

Desde 2024, Uruguay, al igual que casi todos los países, vive un fenómeno comercial impensado años antes, nos referimos a «Temu». Se trata de una plataforma, cuya aplicación se puede instalar en cualquier teléfono celular, a través de la cual, teniendo una tarjeta de débito o crédito, se puede comprar casi todo tipo de cosas a un precio sensiblemente inferior al que se paga en plaza. Las posibilidades van desde la ropa y el calzado, hasta implementos para el uso diario en el hogar, pasando por todo cuanto se puede encontrar en los comercios. Cuando la gente supo de la existencia de la mencionada plataforma, de inmediato comenzó a informarse sobre la misma y se dispuso a aprender a utilizarla. ¡Más que claro estaba todo el asunto! Si con un sistema como el de Temu, se accede a todo tipo de bienes a la tercera parte o menos de lo que se pueden adquirir en cualquier comercio, el mismo pasa a ser una bendición. Es humano, claro está. La gente necesita o, simplemente, quiere tener cosas y muchas de ellas, hoy día, le resultan caras por los impuestos con los que las mismas son gravados, que el comerciante los traslada al público. Entonces, ¿cómo se encara un tema de esta naturaleza por parte del gobierno? Los bienes que se pueden comprar en esta plataforma comercial, en su mayoría, no provienen de Estados Unidos. Si así fuera, no se podrían gravar ya que lo que se compra en dicho país está protegido por el «Acuerdo Marco de Comercio e Inversiones» signado por nuestra nación y la del norte. Entonces, el Sr. Ministro Gabriel Oddone ha manifestado que, en la próxima Ley de Presupuesto, se va a plantear un gravámen del 22% (veintidós por ciento) para los productos adquiridos mediante Temu, que no sean provenientes de Estados Unidos. Andrés Marrero, presidente de la Cámara de Economía Digital, entiende que no es adecuada la medida del impuesto «Temu». Sostiene, a nuestro juicio con razón, que los costos para el consumidor final van a seguir siendo menores que en el comercio local. De acuerdo a Marrero, lo ideal sería facilitar la gestión comercial a los importadores, lo que se traduciría en la eliminación de trabas para que no les sea necesario trasladar altos gravámenes al comercio, que al final los termina pagando el consumidor final. Sería una medida de cuño liberal y habrá que ver si hay ánimo de aplicarla. Hay dos visiones en pugna. Por un lado, el comercio, como tal, necesita ser protegido; de eso no le caben dudas a nadie. Pero, por otro, está la situación de la gente que busca «tener» cosas, ora por que las precisa, ora porque la publicidad la lleva a quererlas y muchas veces esas cosas están fuera de su presupuesto y las puede conseguir mediante Temu. Sabemos de sobra que la mentalidad de los pueblos ha cambiado y que la visión que se tiene de todo es diferente. Hoy en día, especialmente en occidente, los pueblos buscan avanzar en todos y cada uno de los aspectos de la vida. Seguramente los que implementaron la plataforma de Temu consideraron esas cuestiones. Hay que ver cómo son manejadas las mismas por parte del actual gobierno.