abril 28, 2025

LIBERTAD DE ACCIÓN O DE INACIÓN  DE LA COALISIÓN OPOSITORA

Master Escribe Casanova

Resulta poco comprensible declarar a los partidos de un conglomerado en libertad de acción, cuando de antemano se sabe que decisión ya tienen tomada y peor aún es desconocer la libertad de cada elector, que siempre tendrá por suerte la capacidad de elegir la mejor opción que considere sin tutelaje alguno.

Es innecesario sacar esa resolución que solamente puede producir inación en los  votantes o incluso rechazo a participar por parte de los adherentes y que en nada contribuye a robustecer la fuerza política, como guía o conductora de la voluntad popular de sus fieles votantes.

Sí hubiera un liderazgo claro y contundente en el Frene Amplio debería tomar el toro por las guampas  y decir claramente que es un asunto de la fuerzas colectivas y sociales que han optado por una vía plebiscitaria, siendo ajeno a la mayoría de los representantes de los partidos o movimientos que integran la coalición .

Parece poco inteligente seguir fomentando la división permanente dentro de un conglomerado donde sabemos que existen diferencias ideológicas y diferentes compromisos para estar de un lado u del otro, simplemente se deberían dirimir en las urna  en forma libre e independiente por cada votante sin involucrar a la fuerza política .

Hace tiempo que en esto de los plebiscito la falta de ideas claras y contundentes va dejando al descubierto que en otras ocasiones cuando habían tres líderes de peso este tipo de posicionamiento era claro y posesionaba a la fuerza política como abanderada de las luchas de cada momento.

Como está planteada en este caso la falta de toma de decisiones genera más incertidumbre y aleja a los votantes moderados de tener un rumbo claro hacia octubre, y menos aún de estar encabezando la lucha para incidir en los grandes temas nacionales.

Decir que no es importante tomar partido por una u otra opción no es recomendable, visto lo complicado de analizar con el texto presentado, con todas sus consecuencias  como hemos analizado en un artículo anterior.

Parece absurdo esperar a que salga las modificaciones a nivel constitucional, para salir a aclarar los alcances de una resolución desconociendo las consecuencias de esta propuesta.

En un escenario donde resulte ganadora la posibilidad de rechazo de la ley propuesta en el parlamento, las consecuencias sobre la realidad política y social permitirá tener escaso margen para hacer modificaciones de fondo en el texto hoy vigente, simplemente se deberá acatar lo aprobado y a llorar al cuartito.

En el caso que se reafirme lo ya aprobado quedarán heridas para restañar, abriéndose una brecha interna cada día más pronunciada, en lo que ya se ha producido diferencias respecto a otros temas como Venezuela o el conflicto de medio oriente; demasiados problemas para mantener la unidad de una coalición que siempre ha optado por los espacios de consenso.

Demás estar decir el problemón que se le planteará a la fuerza política si accediera nuevamente al poder, tendrá que arrear las diferencias para poder gobernar bajo la espada de Damocles de un compromiso social y económico, que determinará una hipoteca previa de los recursos a ser administrados.

Mírese por donde se le mire la mejor opción hubiera sido tratar de abordar el tema con madurez, para entrar a un futuro gobierno sin compromisos previos, que obliguen a un futuro a tomar medidas antipáticas para poder cumplir con los compromisos, que implicaría aprobar este plebiscito a favor de las organizaciones sociales que lo encabezan.

Creo que esta forma de titubear frente a la realidad políticamente no contribuye a mejorar el comportamiento favorable hacia el Frente Amplio y le separa cada día más de un triunfo, que lo vuelva a posicionar como una alternativa real de gobierno.

Cada día con más fuerza otras opciones que enfocan su posicionamiento con claridad y sin andar especulando habrán de ir ganando terreno electoral para octubre y darán a la coalición gobernante mayor chance de seguir teniendo la predominancia , aunque  no sean los blancos quienes manejen la batuta del ejecutivo.

La vuelta de Bordaberry, junto a la figura del presidenciable Ojeda posesiona al partido colorado como opción bien clara de cómo manejar la seguridad social, sin magulladuras o posiciones timoratas frente a una realidad de baja natalidad y/o larga expectativa de vida.

Es muy fácil para algunas agrupaciones políticas prometer villas y castillos a futuro cuando los datos económicos no dejen demasiado margen de maniobra, porque si fuera tan fácil de instrumentar quien se iba a negar en un país donde la mayoría de las ofertas políticas tienen sensibilidad social a flor de piel, no creo que nadie esté propenso a ser quemado en la hoguera por estar en contra de mejoras para los ciudadanos de este país.

Por lo tanto gracias por la libertad de acción que ponen las autoridades frentistas, pero hubiera preferido una postura más determinante y clara que nos ayudara a ver el futuro de nuestro país con la esperanza de una convivencia más equitativa, pero también posible, sin utopías irreparables en términos económicos.

La demagogia es mala compañera de la seriedad política y tiene patas cortas, así que mejor sería usar la libertad planteada para avanzar y no para la inación, donde se paralicen las decisiones políticas por diferencias dentro del principal partido de nuestro país, por falta de coherencia en temas centrales para la vida nacional como el mencionado.